1878
Emanuele Alberto Guerrieri, conde de Mirafiore, hijo del primer rey de Italia, funda la Casa E. de Mirafiore con sus propiedades en Barolo y Fontanafredda. Una noble figura de empresario campesino, que se dedica al vino con un enfoque absolutamente moderno y, paralelamente a su compromiso enológico, dedica muchas energías a la comunidad, completando la construcción del pueblo para la comunidad de empleados, creando el las granjas, las bodegas, los establos, una iglesia y fundando la FAO (Hermandad de Trabajadores Agrícolas), la primera forma de CRAL: el club recreativo de los empleados.

1878 -1876
Bajo su dirección, la producción adoptó inmediatamente criterios innovadores, con una atención constante a la producción de vinos de calidad, especialmente el Barolo.

1887
En las bodegas patentadas de la empresa suiza Borsari se construyen las primeras barricas de hormigón de Europa y los vinos ganan la primera medalla de oro en un concurso de vinos en Colonia, Alemania.

1887-1890
Fantini, cronista de la época, escribe: “El conde de Mirafiore, que elaboraba el Barolo en la finca Fontanafredda, como vino de lujo consumido en un ámbito más reservado, llevó el Barolo al mercado mundial dándole ventas comerciales”. Barolo empezó a rebotar de boca en boca, haciéndose cada vez más conocido. Para preservar las características distintivas de este vino, el Conde Emanuele Alberto garantiza la calidad y tipicidad del producto.

1900 – El siglo hacia la gran depresión
Después de la muerte del fundador, Emanuele Alberto, la Casa E. di Mirafiore alcanza su máxima expansión comercial, bajo la dirección de su hijo Gastone las cosas empiezan a desmoronarse, sus pasiones y habilidades no reflejaban las de su hábil padre.

1929 La acción combinada de la gran depresión económica procedente de Estados Unidos y la filoxera, grave enfermedad que aqueja a la vid, lleva a la empresa al declive y la quiebra.

1931 La marca Mirafiore, hoy conocida en todo el mundo por sus grandes vinos tintos, se vende por sólo 100.000 liras.

1931 – 2008 Sin explotar y poco a poco olvidada por el mercado, la marca Mirafiore permaneció cerrada en un cajón durante más de 70 años.

El siglo del regreso a casa y del renacimiento
2008 Mirafiore vuelve al corazón de la finca y vuelve a ser una auténtica bodega, el lugar donde vuelve a producir su Barolo Crus. La filosofía productiva de Mirafiore hoy es la expresión histórica de la marca, donde la innovación está representada por la recuperación de las tradiciones del pasado sin condicionamientos.