Alicante es históricamente una tierra de vinos y en el Sequé encontramos esa huella viva de fenicios y romanos.
Motivados por el afán de elaborar vinos con contenido histórico y atraídos por el clima mediterráneo, adquirimos la propiedad en 1999. Aquí se conjugan un clima y un suelo propios, un viñedo, una variedad, la Monastrell, y una tradición milenaria. 40 hectáreas de viñedo asentado en terrenos de escasa estructura. Suelos pardo-calizos, muy pobres en arcilla y humus, lo que los hace perfectos para la producción de grandes vinos y de sabroso carácter mediterráneo.